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Desafíos al usar buriles de alta velocidad en la industria: Causas y soluciones

Los buriles de alta velocidad (HSS) son una de las herramientas más utilizadas en operaciones de torneado industrial debido a su resistencia al calor y su capacidad de mantener el filo durante cortes exigentes. 

Sin embargo, alcanzar un rendimiento óptimo requiere más que solo una buena selección del buril.

Factores como el tipo de material a mecanizar, las condiciones de corte, la geometría de la herramienta y el montaje influyen de forma directa en la calidad del mecanizado, la vida útil del buril y la eficiencia del proceso.

Este artículo aborda los desafíos técnicos más comunes en el uso de buriles HSS y presenta soluciones prácticas para mejorar su desempeño en aplicaciones industriales, minimizando errores y prolongando su vida operativa.

Factores que afectan el proceso de torneado con buriles de alta velocidad

El proceso de torneado con buriles de alta velocidad depende de múltiples factores que interactúan y afectan de forma directa la eficiencia, calidad y durabilidad de estos. Comprender su impacto es fundamental para lograr resultados consistentes y optimizar la vida útil del buril.

A continuación, se detallan los principales factores técnicos que influyen en el rendimiento de esta herramienta durante el mecanizado:

  1. Material de la pieza y del buril

El tipo de material a mecanizar es uno de los factores más determinantes en el desempeño del buril de alta velocidad. Propiedades como la dureza, la tenacidad y la conductividad térmica influyen de forma directa en la respuesta del filo durante el corte.

Materiales más duros y abrasivos, como los aceros aleados, los aceros inoxidables o aquellos sometidos a tratamientos térmicos, generan mayor resistencia al corte.

 Esto se traduce en un incremento de la temperatura en la zona de contacto y en un desgaste más acelerado del buril. Por este motivo, es necesario seleccionar buriles HSS con tratamientos o recubrimientos que mejoren su resistencia al calor y a la abrasión.

  1. Velocidad de corte

Es el desplazamiento del filo del buril sobre la superficie de la pieza durante el torneado, y representa un parámetro clave para mantener el equilibrio entre rendimiento y durabilidad.

Una velocidad de corte excesiva genera sobrecalentamiento en la zona de corte, lo que provoca el reblandecimiento del buril de alta velocidad (HSS), reduciendo su dureza y acelerando su desgaste. En casos extremos, puede derivar en la falla prematura de la herramienta.

En cambio, una velocidad de corte demasiado baja incrementa la acumulación de material en el filo (filo recrecido) los que afecta la calidad del acabado. 

  1. Avance del corte

El avance del corte, también conocido como velocidad de avance, representa la distancia que recorre la herramienta a lo largo del eje de la pieza en cada revolución. Este factor influye en la calidad del acabado de la superficie y la carga sobre el filo del buril

Un avance muy elevado puede generar una superficie rugosa y aumentar las fuerzas de corte, causando vibraciones y por ende un desgaste mayor. 

Por el contrario, un avance muy bajo puede prolongar el tiempo de mecanizado y provocar un desgaste por fricción continua más que por corte efectivo.

  1. Profundidad de corte

Define la cantidad de material que se remueve en una sola pasada del buril. Este parámetro tiene un impacto sobre las fuerzas de corte, la generación de calor y la exigencia de la herramienta y la máquina. 

Una profundidad de corte excesiva incrementa la carga sobre el buril de alta velocidad y la máquina, aumentando el riesgo de vibraciones, roturas de insertos o un desgaste rápido. 

Es necesario seleccionar una profundidad de corte que sea compatible con la rigidez del sistema y la capacidad del buril.

La relación entre revoluciones por minuto (RPM), velocidad de avance y profundidad de corte debe estar cuidadosamente balanceada según el tipo de material.

  1. Fluido de corte 

El fluido de corte, conocido como refrigerante o lubricante, desempeña un papel vital. Aunque los buriles HSS soportan temperaturas elevadas, requieren refrigeración adecuada para evitar el desgaste térmico. 

Su función principal es disipar el calor generado en la zona de corte, lubricar la interfaz entre el buril y la viruta, y facilitar la evacuación de esta última. 

Un flujo mal dirigido o insuficiente compromete la eficiencia del corte. Por eso, es esencial aplicar el fluido de forma continua y precisa, eligiendo el tipo adecuado según el material a mecanizar.

  1. Condiciones de la máquina y rigidez del montaje

La rigidez estructural de la máquina no siempre se considera, pero tiene un impacto directo en la estabilidad del proceso. 

La estabilidad y el montaje firme son indispensables para evitar vibraciones que deterioran la calidad superficial. Las máquinas deben estar calibradas y contar con ejes lineales en buen estado que soporten las altas velocidades sin perder precisión durante todo el proceso de torneado.

  1. Condiciones de montaje y sujeción

Una sujeción deficiente de la pieza en el plato o entre puntos, o una fijación inestable, puede producir vibraciones, deslizamientos o movimientos indeseados durante el torneado. 

Comprometiendo no sólo la precisión del corte, sino generando situaciones de riesgo que dañan tanto la pieza como el buril.

  1. Estado y geometría del buril 

La condición del filo y el diseño geométrico del buril son determinantes para un torneado eficiente. Identificar desgastes comunes como los que se presentan en el flanco, cráter o punta, permite aplicar medidas correctivas antes de comprometer el resultado del mecanizado. 

Además, es fundamental que la geometría del buril (incluyendo ángulo de incidencia, radio de punta y forma del filo) esté adaptada al tipo de operación y material a trabajar.

Un afilado preciso y oportuno reduce esfuerzos innecesarios y mejora el rendimiento general del proceso.

Soluciones técnicas para optimizar el uso de buriles de alta velocidad

El uso eficiente de buriles de alta velocidad (HSS) en operaciones de torneado depende, en gran medida, de cómo se abordan los factores que influyen en su rendimiento. 

A continuación, se presentan soluciones técnicas específicas para cada uno de los desafíos más frecuentes identificados en la práctica industrial:

  1. Selección adecuada según el material de la pieza 

Adapta la elección del buril según las propiedades mecánicas del material a mecanizar. Para aceros aleados, inoxidables o con tratamiento térmico, se recomienda utilizar buriles HSS con recubrimientos como TiN (nitruro de titanio) o TiAlN, que aumentan la resistencia térmica y al desgaste.

Además, es conveniente verificar la conductividad térmica del material, si es baja (como en acero inoxidable), el calor se concentra en el filo. En estos casos, es recomendable aplicar estrategias de corte con refrigeración forzada y utilizar herramientas con mayor tenacidad.

  1. Control preciso de la velocidad de corte

Determina la velocidad de corte óptima en función del material de la pieza, el tipo de buril y el acabado deseado. Se deben seguir las recomendaciones del fabricante y aplicar fórmulas que relacionan la dureza del material con la velocidad de corte.

Para mejorar el rendimiento:

  • Utiliza tacómetros o sistemas de control numérico que permitan mantener una velocidad estable.
  • Implementa sistemas de monitoreo que alerten el sobrecalentamiento o irregularidades en la viruta.
  1. Ajuste correcto del avance del corte

Establece el avance en función del diámetro de la pieza, tipo de material y operación a realizar (desbaste o acabado). Para acabados finos, se recomienda usar avances bajos, mientras que para remoción de grandes volúmenes se pueden emplear avances mayores, siempre que la máquina lo permita sin generar vibraciones.

Un sistema CNC bien parametrizado puede gestionar estos valores de forma automática y precisa.

  1. Profundidad de corte adecuada

Balancea la profundidad de corte con la rigidez del sistema (máquina + pieza + herramienta). En materiales de alta dureza conviene optar por pasadas más superficiales para evitar sobrecargas.

Además, se sugiere utilizar soportes antivibración y dividir el mecanizado en varias pasadas con profundidades crecientes.

  1. Aplicación correcta del fluido de corte

Emplean fluidos de corte adecuados para operaciones con buriles HSS. Para aceros aleados o materiales difíciles de cortar, se recomiendan refrigerantes solubles en agua con aditivos EP (extrema presión).

Puntos clave para su uso eficiente:

  • Asegura una aplicación directa en la zona de corte.
  • Verifica el caudal y presión de salida.
  • Mantén el sistema de refrigeración limpio y sin obstrucciones.
  1. Garantiza la rigidez de la máquina y del montaje

Verifica con regularidad la alineación y rigidez de la máquina y herramienta. Las guías deben estar libres de holguras, los husillos bien ajustados y los cojinetes sin juego.

Para el montaje del buril:

  • Usa portaherramientas rígidos y en buen estado.
  • Evita extensiones innecesarias o ángulos de ataque mal configurados.
  • Instala amortiguadores mecánicos o soportes adicionales en máquinas que presenten vibraciones frecuentes.
  1. Mejora la sujeción del buril y de la pieza

Asegura una fijación estable mediante mordazas de alta precisión, puntos de centrado calibrados y platos autocentrantes bien mantenidos. Las piezas deben estar fijas, sin posibilidad de movimiento.

Recomendaciones adicionales:

  • Ajusta los topes de presión de forma uniforme.
  • Inspecciona la rigidez del portaherramientas y el paralelismo del buril.
  • Evita herramientas con desgaste en el cuerpo o en las zonas de fijación.
  1. Supervisar el estado y geometría del buril

Implementa rutinas de inspección y afilado. Un buril debe presentar una geometría de corte adecuada para el tipo de operación:

  • El ángulo de incidencia debe mantenerse entre 6° y 10° según el material trabajado.
  • El ángulo de salida, el ángulo de corte y el radio de punta deben ajustarse para evitar esfuerzos excesivos y mejorar la evacuación de la viruta.

Cuando se detecte desgaste en el flanco o cráter, se recomienda un afilado inmediato o reemplazo, según la severidad del daño. 

  1. Monitoreo continuo del proceso de torneado

Para garantizar una operación estable y eficiente, es importante implementar sistemas de monitoreo en tiempo real. Entre las opciones disponibles están:

  • Sensores de vibración que advierten sobre inestabilidad mecánica.
  • Cámaras térmicas o sensores infrarrojos que alertan sobre sobrecalentamiento.
  • Sistemas de análisis de viruta para evaluar si el corte es adecuado.

Estos sistemas permiten intervenir de forma preventiva antes de que se generen fallas costosas.

  1. Capacitación y estandarización operativa

Capacita al personal técnico y operadores sobre el uso correcto de buriles HSS, incluyendo el ajuste de parámetros, diagnóstico de fallas y aplicación de soluciones específicas.

Además, se recomienda:

  • Documentar parámetros óptimos para cada tipo de operación.
  • Estandarizar procedimientos según el material, la geometría del buril y la capacidad de la máquina.
  • Mantener un registro de rendimiento de cada herramienta para evaluar su eficiencia a lo largo del tiempo.

El ángulo de incidencia en buriles de alta velocidad: importancia y consideraciones

El ángulo de incidencia, también llamado ángulo de ataque, es un parámetro clave en el diseño y afilado de los buriles de alta velocidad. Se refiere a la inclinación entre la cara de ataque y la superficie de la pieza que se está torneando.

Un ángulo bien ajustado facilita el corte, mejora la salida de la viruta y reduce el esfuerzo sobre la herramienta. En cambio, si es muy pequeño, tiende a rozar en lugar de cortar, generando fricción excesiva. Si es demasiado grande, el filo pierde soporte, aumentando el riesgo de fractura.

La selección correcta depende del material y del tipo de mecanizado:

  • Materiales blandos (como aluminio o latón): requieren ángulos más grandes para evacuar mejor la viruta y reducir la fricción.
  • Materiales duros o quebradizos (como aceros endurecidos o fundiciones): se prefieren ángulos más cerrados para dar mayor resistencia al filo.

Es recomendable verificar estos ángulos con plantillas o instrumentos de medición, siguiendo siempre las indicaciones del fabricante para garantizar un mecanizado eficiente y seguro.

En conclusión, el rendimiento de un buril de alta velocidad no depende solo de su calidad, sino de cómo se emplea dentro de un sistema de torneado controlado. 

Cada decisión técnica en la operación desde la selección del fluido de corte hasta el ajuste de los parámetros de mecanizado influye en su vida útil, en la calidad del producto final y en la eficiencia general del proceso.

Aplicar soluciones técnicas precisas permite reducir costos por reemplazo prematuro, mejorar los tiempos de producción y garantizar la precisión dimensional esperada por el cliente final. 

En entornos industriales donde cada detalle cuenta, el manejo estratégico de estos factores marca la diferencia.

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